martes, 7 de marzo de 2023
El diputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes, el «tito Berni» de la trama de «Mediador» de corrupción, prostitución y drogas, en una intervención en el Congreso en enero de 2022 / Congreso de los Diputados
Se nota que se acercan las elecciones y hay muchos a los que el gobierno español actual les carga. Hay que sacárselo de encima antes de que se convierta en una enfermedad crónica para el país.
No es que las últimas leyes aprobadas hayan sido una cagada jurídicamente hablando. No es que las empresas del país, esas que verdaderamente dan de comer a millones de familias, se vean atacadas y culpabilizadas por la crisis, o comiencen a plantearse que hay cierta inseguridad y decidan libremente poner su sede en cualquier otro país, más seguro y estable, de la Unión Europea (¿acaso no se creó en primera instancia ese marco económico común europeo?). No es que manipulen torticeramente el lenguaje para hacernos creer que hay menos paro (me río de los fijos discontinuos). Ni que den discursos más largos porque han caído en la trampa de la inclusión de género y ahora digan también niñe, colegue, politique… delatándose a sí mismos como ridículos. No es que sus políticas no sean universales y hayan manipulado al Derecho y al Estado en su más profundo sentido. No. España está revuelta porque se han gastado mucho dinero en comprar voluntades a cambio de prostitutas, cocaína, Viagra y alcohol. Orgías. ¡Qué bajeza!
Hace tiempo me dijo una socialista de carné que el socialista sólo cambia el voto cuando su bolsillo queda vacío. Ahora que el partido que ostenta el poder y quince de sus diputados se han gastado el dinero de todos en organizar semejantes juergas, espero que gran parte de sus votos caiga en las próximas elecciones.
No vamos a ser ingenuos ni buenistas. No hay gobierno santo, ni que no mueva hilos para conseguir algo. Pero, señorías, puestos a ser corruptos y gastarse el dinero de un país, háganlo con elegancia. Se me ocurre que inviertan ese gasto en arte, regalen cuadros de Abraham Lacalle, uno de nuestros pintores vivos más cotizados del momento, manden fabricar equipajes personalizados en piel de Ubrique con estampación de iniciales en oro o incluso regalen joyas personalizadas de alguno de nuestros magníficos joyeros patrios, hagan un pedido a Sargadelos– ahora que los neoyorquinos se mueren por nuestra firma de porcelana gallega- de vajillas completísimas y exclusivas para regalar a sus «amigues»… Al menos generarían riqueza, se podrían incautar los regalos y todo quedaría de nuevo en las arcas del Estado. Pero Viagra, putas y cocaína…
Esto dice poco de los diputados. En una lectura rápida podríamos decir que tienen problemas de erección y además son feos como orcos. Lo primero, evidente; si no, ¿para qué se van a gastar el dinero en la famosa pastillita azul? Lo segundo, porque entiendo que cuando uno recurre a una prostituta lo hace porque no tiene una vida sexual sana, no hay nadie que le quiera, no recibe el suficiente afecto… o eso, o es tan feo, tan feo que tiene que pagar por ello. Curiosamente, los diputados puteros tienen familia. Entonces son unos insatisfechos. Aun así, pueden considerarse con suerte porque si se hubiera aprobado la ley que este mismo gobierno desea, le habría caído a cada uno del orden de 12 a 24 meses. A ellas nada, que los puteros son ellos.
En una lectura de los hechos más pausada podemos añadir que la moral de un país queda representada en los actos de sus gobernantes. Creo que se termina un ciclo para el PSOE. Una vez más quedará en las hemerotecas que fue corrupto y no tuvo catadura moral alguna. ¿Será que le sale un sarpullido a Irene Montero con el comportamiento de sus socios de gobierno? Semejantes ñeros.
¡Ay! Pero que no todo es política –aunque la política sea importante- y esta semana hay una noticia maravillosa. De las que espero que copien mis amigos de Colombia.
La gran noticia es que el empresario más admirado en España por la gente de bien –los que no son de bien nunca miran bien a los empresarios-, don Amancio Ortega, por medio de su Fundación, ha donado la friolera de 30 millones de euros para el primer centro de cuidados paliativos pediátricos. Junto a la Fundación Porque Viven, que lleva años dedicada a los más pequeños, y el Ayuntamiento de Madrid, que ha donado el terrero esta semana, han llenado de esperanza el país entero.
Pueden pensar que soy una exagerada, pero he llegado a la conclusión de que son los particulares, los empresarios, las ONG, los gobiernos responsables… de nuevo, la gente de bien, los que sacan adelante proyectos que suman a la sociedad y ayudan a las familias. Son ese héroe de película que hace que todo mejore. Que merezca la pena apostar por unos buenos principios.
En esta ocasión es un centro de cuidados paliativos infantiles. Un centro de alivio del dolor y del sufrimiento de unos niños y de sus familias tocados por enfermedades graves, irreversibles. Aliviar la carga de ellos en esos momentos y hacer que cada momento sume. Acompañados de médicos, enfermeras, psicólogos, terapeutas, ayuda espiritual… Esta donación, este proyecto de cuidados paliativos para niños que llena de vida el final de la vida, es un grito de esperanza en medio de esta sociedad que tira la toalla en la primera dificultad. Que anima a quitarse los problemas de encima. Este centro representa la alegría de vivir hasta el final, y esta sea tal vez la mejor de las noticias. Ojalá se extiendan más iniciativas así en España, Colombia, América y el mundo entero.
ESCRITO POR:
Periodista española afincada en Alemania, escribe sobre tendencias y estilo de vida.
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