domingo, 18 de diciembre de 2022
Don Quijote de la Mancha, Segunda parte, capítulo LVIII
Hace apenas dos meses que empezamos a publicar La Occidental, la revista semanal de opinión, crítica cultural y entretenimiento que aspira a ser la revista mejor escrita, más influyente y más entretenida de cuantas se publiquen en español.
En contra del pensamiento más ortodoxo de las escuelas de negocios acerca de la creación de empresas, que seguramente habría sugerido no lanzar la revista mientras no contáramos con un buen número de colaboradores comprometidos, una infraestructura sólida y financiación suficiente para los tres primeros años, en La Occidental decidimos hacerlo de una manera diferente: nos lanzamos al ruedo con una página de Internet que tan sólo hace lo más importante (mostrar los artículos y procesar las suscripciones), unos pocos pero magníficos colaboradores dispuestos a participar del riesgo del proyecto, y un grupo pequeño de familiares y amigos que, con mucha fe, generosidad y paciencia, han apoyado la iniciativa desde los comienzos con su suscripción y dándonos a conocer.
Aunque nos faltan muchas de las cosas con las que cuentan los grandes medios de comunicación , sí tenemos algo de lo que muchos de ellos parecen carecer: Un destino claro y que vale la pena. En primer lugar, queremos hacer una revista muy bien escrita, con una redacción cuidada y un estilo claro y directo, con artículos que estén escritos para ser leídos y no para mayor lucimiento del autor. También queremos que sea una revista de opiniones independientes, con escritores que no pretendan ser equidistantes ni imparciales, pero que sometan sus ideas a un proceso de análisis, razonamiento crítico, y riguroso contraste de fuentes y datos antes de exponerlas; y que al hacerlo, lo hagan de igual a igual, sin tratar de dar lecciones y sabiendo que pueden estar equivocados. Y finalmente, queremos que La Occidental sea entretenida, porque ser riguroso no implica ser aburrido y el buen humor (irreverente, ingenioso… pero nunca de mal gusto) es un arma clave en la batalla cultural; queremos que los autores no se tomen demasiado en serio a sí mismos, que disfruten escribiendo, y que esa actitud se refleje en la revista y ayude a disfrutar también al lector. La línea editorial será siempre de defensa de la libertad, la familia, la nación, la propiedad privada y la igualdad ante la ley; y para poder ser realmente independientes y escribir únicamente pensando en el interés de los lectores, la supervivencia de la revista dependerá únicamente de ellos y sus suscripciones, y no de la publicidad ni de subvenciones públicas.
Pero conocer el destino no significa que sea fácil llegar a él, y todos los que hacemos La Occidental tenemos claro que nos queda todavía casi todo por hacer. Por eso mismo, este número especial de Navidad que sacamos por primera vez en papel y que hemos hecho llegar a las casas de centenares de familiares y amigos, no pretende ser un producto acabado, perfecto, que muestre hasta dónde se puede llegar; sino servir de instrumento -incompleto, con errores- para que cada uno de vosotros, los lectores que la tenéis en la mano, veáis el potencial, hagáis sugerencias de mejora, y os animéis a ser parte desde el principio del proceso de construcción de La Occidental con vuestras suscripciones, artículos, cartas, publicidad, sugerencias, recomendaciones a terceros, etc. Hay muchas formas en las que puedes ser parte de La Occidental – ¡y no son excluyentes entre sí!
A pesar de lo ambicioso del objetivo, quienes lanzamos esta iniciativa lo hacemos con humildad, conscientes de las dificultades, pero también convencidos de que vale la pena y de que juntos, lectores y autores, conseguiremos llegar al destino. The Spectator, la revista británica en la que nos inspiramos y que cuenta hoy con más de cien mil suscriptores en el Reino Unido, ha tardado 195 años en llegar ahí. Con la ayuda de la tecnología y aprovechando el camino marcado por ellos, yo creo que nosotros podemos tardar sólo 194. ¿Te unes al viaje? Escríbenos a [email protected].
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